Uno por uno los pajaros
fueron perdiendo la forma orginal
propia de todo pajaro,
tornaronsé entonces en sombras abyectas y figuras tansitorias
que daban por acaba la evolución de una especie.
Mutaron en estomagos
que pronto incubarían al profeta.
Vacíados. Hundidos en un abismo
parecído al interior de un Dios.
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